La fuente/juventud

 

 

La verdadera fuente de la juventud

 

La actividad física conduce a una vida más larga y más sana.

 
 
 
 
 

 Los baby boomers (los nacidos entre 1946 y 1964), quienes contribuyeron a la popularidad del tenis en la década de los 70, inventaron el jogging y los ejercicios aeróbicos en los años 80, están avanzando hacia el umbral mismo de las personas mayores. Los boomers de más edad cumplen 65 este año.

Y si bien es cierto que sus padres inauguraron la ciencia de la buena nutrición, los cinco grupos de alimentos y todo eso, los años adultos de los boomers han generado, y con razón, un importante conjunto de pruebas científicas acerca de los beneficios de la actividad física.

En realidad, estas pruebas indican que el ejercicio regular durante la edad madura y más allá es una manera sumamente eficaz de promover exactamente el tipo de vejez con el que sueñan los boomers: independiente, robusta y sin enfermedades crónicas ni discapacidades.

''Si tuviera que elegir una cosa, una sola cosa que más se acercara a la fuente de la juventud'', dice el médico James Fries, investigador pionero sobre el envejecimiento con salud en la Stanford University, ''esa tendría que ser el ejercicio''.

Gracias al ejercicio, los vasos sanguíneos se mantienen sanos para que la circulación sea buena en el cuerpo y en el cerebro. También ayuda a controlar el peso y a hacerle frente al estrés. Además, el ejercicio reduce las pérdidas de densidad ósea y de masa muscular relacionadas con la edad, al tiempo que mantiene fuertes al corazón y los pulmones.

Lo más importante, que se ha reflejado en decenas de estudios, es que la gente que hace ejercicio, vive más en promedio, en comparación con los que no hacen ejercicio, tienen menos probabilidades de sufrir del corazón, de presión arterial alta, de accidentes cerebrovasculares, de diabetes tipo 2, de cáncer de colon y de mama, de depresión, de caídas y hasta de deterioro mental.

''El ejercicio parece ser uno de los factores clave que distinguen a la gente que disfruta de la vejez con buena salud de los que no son sanos'', dice Suzanne Leveille, profesora de enfermería de la University of Massachusetts en Boston, quien está investigando la discapacidad en personas mayores. ''Ser sedentario es un factor de riesgo conocido para casi toda consecuencia de la mala salud, desde estar hospitalizado a terminar en una residencia para ancianos, hasta la muerte''.

En cuanto a la longevidad, el ejercicio regular parece tener un impacto que no pueden igualar otras medidas para conservar la salud.

En comparación con hombres y mujeres sedentarios, las personas que hicieron hora y media de actividad física de moderada a vigorosa semanalmente, menos de 15 minutos diarios, tuvieron 20% menos probabilidades de morir durante un período de seguimiento que duró más de diez años, según un informe del 2008, elaborado por un comité de normas federales.

Y cuando estas personas que hacían ejercicio pasaban más tiempo moviéndose, una hora diaria, reducían su riesgo de morir en un 40%.

Por otra parte, un estudio de 21 años elaborado por Fries y colegas en Stanford, publicado en el 2008, hizo el seguimiento de miembros de un club de corredores de mediana edad y los comparó con hombres y mujeres que no hacían ejercicio. A medida que envejecían, los corredores se mantenían activos y seguían realizando sus actividades cotidianas, durante 16 años más que el otro grupo.